El TRX también es conocido como entrenamiento de suspención y es importante recordar su nombre para entender por qué existen algunas lesiones frecuentes a las que debes prestar atención cuando tus socios empiezan con la práctica de esta modalidad deportiva. En este artículo te contamos cuáles son las lesiones que suelen tener los deportistas que practican TRX.
En principio, se estima que el 54 % de las lesiones comunes están relacionadas con las extremidades inferiores, propiamente son lesiones generadas en tobillos y rodillas. Luego de que ocurre el hecho lesionante es fácil percibir asimetrías en estas extremidades,
Estas asimetrías son provocadas por el rango de movimiento y el control neuromuscular. En estos casos lo ideal es fijar una meta de rehabilitación, pero antes siempre será necesario encontrar cuál es el movimiento asimétrico que está provocando este tipo de consecuencias.
Te sugerimos que pidas a tus alumnos o socios practicar ejercicios como sentadilla de doble pierna para identificar los cambios de peso desproporcionados que puedan estar generando esta lesión.
Existen dos bases para evitar las lesiones al practicar entrenamiento de suspensión. Muchas de ellas también se producen en la espalda baja, las rodillas, muñecas y hombros.
Para evitar que esto ocurra es importante que enseñes un entrenamiento basado en movimientos, no en musculación.
Te recomendamos revisar el porqué de las lesiones de modo que puedas prevenirlas en futuras ocasiones. A continuación te contamos cuáles son las posibles causas.
En el entrenamiento de suspensión es indispensable que tus alumnos o socios ubiquen los pies en el lugar y la posición correcta. Si esto no ocurre, aumenta el riesgo de sufrir esguinces, e incluso peor, desgarros.
Además de evitar lesiones, es necesario que los pies se ubiquen correctamente para regular la intensidad del entrenamiento de tus alumnos, así que es necesario que
verifiques constantemente las posiciones, pues una ves aprendidas de forma incorrecta es difícil reaprender e incluso resultará incómoda la forma ideal, por eso es importante que desde el principio corrijas la posición y la ubicación de los pies.
El peso corporal y la gravedad son la base del entrenamiento de suspención para crear un entrenamiento intenso, por eso, la posición del cuerpo también es clave a la hora de prevenir lesiones comunes.
Una vez resuelvas esto, el entrenamiento será eficiente, pero sobre todo seguro para tu alumno. Es importante que revises la posición del cuerpo para que puedas ajustar el ángulo del cuerpo de tus alumnos.
Enséñales de forma ilustrada y da instrucciones detalladas de cada movimiento y de la posición de cada parte de su cuerpo con el fin de que tus alumnos puedan continuar su entrenamiento sin interrupciones; es decir que si dejas claros los movimientos desde el principio, evitarás el reproceso de bajar del TRX para volver a empezar la suspención.
Como en todo entrenamiento, en el de suspensión hay una regla específica que establece que las correas del TRX no deben estar flojas, sin importar el ejercicio que esté realizando tu alumno.
Es importante que tengas presente que las correas inestable no solo son significado de ejercicio ineficiente, sino de inseguridad por caídas inesperadas; además pueden provocar que las extremidades queden atrapadas y ajustadas a un espacio que provoquen lesiones.
Mantén tensionadas las correas tanto como te sea posible para que los movimientos sean contundentes y constantes. El ritmo en el TRX permite tener garantía de los resultados, pero una de las claves para lograrlo es el ajuste de las correas. Las correas bien puestas le permiten a tu alumno tener una resistencia constante y la intensidad necesaria para quemar calorías y desarrollar músculos.
Las correas de disquete pueden ser un problema, especialmente cuando se realizan ejercicios básicos, como tablas. Las correas con holgura pueden causar flacidez en la sección media y hacer que su ejercicio sea ineficaz y exponerlo a riesgos o lesiones.
Mantener los músculos centrales ocupados durante el entrenamiento TRX es importante, así que mantén el núcleo corporal de tu alumno contraído, pero siempre alineado adecuadamente. Cuando percibas que el núcleo de tu alumno comienza a desestabilizarse, te recomendamos asemejarlo a una tabla de surf, que siempre debe estar dirigida y recta.
Para lograrlo solamente debes sugerirle levantar la mitad de su espalda para que sus músculos centrales estén continuamente tensos durante el ejercicio. Puede que esto causej un retroceso en el entrenamiento, pero será importante realizarlo para evitar lesiones instantáneas y posteriores.
Si tu alumno siente alguna extrañeza en el entrenamiento es porque hay una presión desigual a los costados del TRX. En este caso te sugerimos que verifiques si el divisor del bucle central del TRX que está debajo del punto de anclaje está plano. Si es plano, hay un problema con la alineación del mango y será necesario que lo ajustes. Si no es así, arréglalo con una fuerza dirigida.
Las correas de suspensión pueden soportar hasta 1000 libras; sin embargo, el entrenamiento será improductivo si no tiene una base estable. Soluciónalo muy fácil tirando las correas para asegurarte de que el ancla permanezca inmóvil.
Si la espalda comienza a dolerle a tu alumno luego de los entrenamientos, aunque aún resiste más entrenamientos, es porque el movimiento de pie de apoyo está siendo inadecuado. Será necesario que le sugieras poner un pie adelante para generar apoyo adicional a la espalda a medida que avanza con las flexiones, extensión de tríceps y otros ejercicios.
Finalmente es importante que detectes cuándo tu alumno tienen la suficiente energía para entrenar; por supuesto, es diferente de la indisciplina que pueda presentarse y por eso te sugerimos mantener un diálogo adecuado con tus socios.
Algunos usuarios de TRX encuentran heridas cuando accidentalmente sueltan la correa o se ven superados por la resistencia. Esto se puede evitar fácilmente si te aseguras de que tus alumnos tienen una buena alimentación y un descanso adecuado.
Si los síntomas de lesión persisten, siempre será necesario consultar a un médico deportivo, fisioterapeuta u ortopedista, con el fin de detectar anomalías tempranas y evitar lesiones complejas.